5 ene 2014

El Teatro Mitre de Jujuy


Contemplar la fachada luminosa. Dejar que una acústica perfecta no sólo invada  nuestros oídos sino nuestros sentidos. Dejar que una escenografía lograda hasta en el más ínfimo detalle nos transporte a otro mundo. Esto es el Teatro Mitre de Jujuy, un lugar con historia y actualidad, en donde se suceden las más exquisitas piezas teatrales y musicales, logrando cautivar a un público expectante.

Este reconocido rincon cultural de la tacita de plata tiene una historia, una historia teñida de esfuerzos y anécdotas que lograron levantar las paredes que hoy se encuentran a la altura de cualquier teatro en el mundo.

En el año 1891, en medio de una escena nacional acalorada y confusa, había quiénes en Jujuy experimentaban una sed cultural que no se iba a apagar hasta que no se lograra la construcción de un sitio en donde el arte se pudiera expresar en cuerpo, a viva voz o tomando esas formas exóticas y únicas, como sólo la cultura sabe hacerlo.

Con tal propósito, un conjunto de visionarios asumían una tarea difícil, pero que no por ello los acobardaba: la creación de un teatro. Así, durante el Gobierno de Sergio Alvarado, los ingenieros Ernesto Leonardi Cattólica  y Adolfo Liebman elevaban al Poder Ejecutivo de la Provincia una solicitud para que se tomara en serio ese proyecto. La educación del pueblo y el buen gusto artístico eran dos excusas implacables, que no podían ser pasadas por alto.

Quizás fue la insistencia o la cordura fueron la receta de que ese mismo año se aprobara dicho proyecto y se empezaran a evaluar los primeros aspectos de importancia, como por ejemplo, el terreno.

Su inauguración data del 23 de junio de 1901 y a partir de allí, lo que sigue son años de fervor y gloria, en medio de operas y líricas. Un momento cumbre desde su fundación lo constituyó el aniversario de la Independencia Argentina, que lo consideró como el lugar ideal en donde rememorar tal episodio histórico.

El teatro era la vida social de la ciudad, pero como todo, pasó de moda y desde 1928, empezó a caer en el olvido.

Sin embargo, volvió a ver las luces brillar el 19 de abril de 1978, regresando al ruedo con obras de gran trascendencia local e internacional.

Se encuentra ubicado en las calles Alvear y Lamadrid y es una pieza histórica que ningún turista puede perderse, ya que es el más antiguo del país.

Un predominante estilo neoclasico es el testigo principal de los años en que Jujuy se embarcó en este proyecto, ya que por aquel entonces era le tendencia predominante en arquitectura.

La sala es cómplice una comodidad buscada para disfrutar de los espectáculos y por ello, fusiona movimientos, espacios y estética, provocando un efecto encantador y de satisfacción plena.

La platea tiene forma de herradura y poco a poco se acerca a un escenario de amplias dimensiones.

Por su parte, los palcos están precedidos de columnas jónicas, que se ocupan de su sustento.

Cuenta con una capacidad para 550 personas y seguramente, no hay jujeño que no quiera contarse en este lugar, en donde artistas de importante renombre han encontrado la oportunidad de exhibir su potencial.

Fatima Seppi