Madrid es una de las ciudades más atractivas de todo el continente europeo. ¿Qué nos llama la atención de esta ciudad en lugar de otra? Lo primero que podemos nombrar es un claro sentido de identificación gracias al hecho de compartir el mismo idioma, algo que nos hace encontrarnos de una forma más fácil y poder apreciar los matices de nuestras diferentes culturas desde las mismas palabras.
La capital española es una ciudad que se disfruta en cada una de sus cosas, desde las más pequeñas hasta las más impactantes. Tan solo buscar alojamiento en Madrid nos hace conocer calles, pasadizos, plazas y cafés de los que podemos enamorarnos perdidamente. Si tu viaje se acerca y necesitas encontrar ofertas de hoteles para reservar en Madrid durante tu viaje 2013, la misma búsqueda de ese hospedaje será un recorrido repleto de historias y sabores mientras vamos caminando por las calles.
Como viajeros no hay nada mejor que poder experimentar algo que siempre oímos o sobre lo que leímos mucho, porque ese momento es diferente: no se trata de experimentar algo nuevo, sino de sentir, en ese paisaje o ese aroma o ese sabor, la calidez de un reencuentro, entre las líneas de la canción, de un libro o una fotografía que se mantuvo pegada a la pared en espera de ese viaje. Qué mejor entonces que revivir los paisajes de las cancines que nos hablaron en nuestra infancia sobre España y las historias de su literatura que son los clásicos innegables de nuestros primeros años.
Los atardeceres de Madrid son un reencuentro necesario, aunque nunca hayamos estado en esa tierra. Luego de ver como va cambiando el cielo de colores podemos deleitarnos en algún restaurante tradicional con los sabores intensos y típicos de la cocina española y sentir como los condimentos como el comino y el azafrán se unen en una comunión perfecta con el resto de los ingredientes o, porqué no, pasar simplemente por las tradicionales tapas en algún bar donde podremos saborear también una rica cerveza artesanal o un vino tinto con toda la personalidad mediterránea.
Ya sea el turismo gastronómico en Madrid como el religioso o el cultural, tendrán grande sorpresas para los viajeros recién llegados pues hay mucho más de lo que puede figurar en nuestra lista de visitas obligadas en la ciudad. Entre los paseos fundamentales está la visita al Museo del Prado, el Palacio Real y el antiguo mercado de El Rastro, donde podremos husmear entre cacharros y verdaderas reliquias y mezclarnos con los otros turistas y los lugareños para aprender del arte del regateo.
Son tantas las opciones que hay para descubrir en la capital de España que nos faltará tiempo para detenernos en cada una de las nuevas pasiones con que nos vamos topando. Por la noche, y luego de cenar, llega el momento del descanso necesario en el hotel elegido de todas las ofertas que podemos encontrar para todos los bolsillos. Solo nos queda reponer energías para salir al ruedo al día siguiente.
Nuria Esper
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