De toda la Polinesa Francesa, un vasto territorio que encierra innumerables atractivos y deslumbrantes paisajes, Tahití es la isla más grande y más rica. Su nombre significa literalmente la leyenda "lugar de reunión" y está compuesta a su vez por dos islas más pequeñas, Tahití Nui, "la gran Tahití" y Tahití Iti o "la pequeña Tahiti".
Ésta es un territorio dedicado casi por completo, en exclusiva, al turismo, y es esto lo que nos da la pauta de lo que aquí hallaremos: no sólo preciosos parajes paradisíacos, sino también una infraestructura de lujo, con hoteles de primer nivel, deliciosos restaurantes y fabulosos tours al alcance mismo de nuestras manos.
Si eres de esos viajeros a los que les gusta adentrarse en paisajes inhóspitos, paisajes que maravillen y enceguezcan por tanta belleza, y si además disfrutas de tirarte en el sol a leer un buen libro, o nadar en un mar de aguas cristalinas, o caminar por una playa de arenas talcosas que se escurren entre los dedos... entonces no puedes perder más tiempo para vacacionar en Tahití. Será sin dudas tu lugar en el mundo.
Tahití, la reina del pacífico, atrapa además por su exuberante naturaleza de tipo tropical, sus interesantes museos, sus yacimientos arqueológicos, imponentes y majestuosos y sus jardines botánicos, sitios en los que hallaremos el remanso perfecto para descansar y relajarnos por completo.
Papeete, la capital de la isla, tiene un encantador sabor francés que la vuelve única. Destaca por su ajetreado mercado, en el que podremos adquirir los más exóticos y coloridos objetos, sus tiendas de perlas, únicas en el mundo, sus paseos marítimos y sus exquisitos restaurantes selectos, una verdadera fiesta para los sentidos.
Por toda la isla se pueden hacer además diversos recorridos, tanto en barco como por ruta, y descubrir el Valle de Papenoo, el cual alberga la Garganta del Maroto y el Lago de Vahiria, así como otros emblemáticos enclaves naturales como el Monte Aorai, desde el que obtendremos las mejores vistas panorámicas hacia toda la isla.
Las principales atracciones turísticas de Tahití, son entonces los espacios verdes y, por supuesto... ¡las playas! Las costas de este paraíso son largas extensiones de finas arenas blancas y talcosas con aguas cristalinas que por momentos se vuelven casi transparentes. Mecas ideales para la práctica del buceo y el snorkel, en las playas de la isla tendremos la oportunidad de relajarnos por completo, distendernos del todo y descansar como nunca antes.
¿Qué estás esperando entonces? Comienza desde ahora mismo a planificar tu viaje a este paraíso terrenal y disponte a vivir las mejores vacaciones de toda tu vida, aquellas que siempre soñaste, descubriendo paisajes de una hermosura sin precedentes, disfrutando del sol y del mar, deleitándote con los mejores platos de cocina típica y descansando en hoteles de lujo con todas las comodidades.
Lucía Cugini
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